Como combatir la epidemia de obesidad infantil

Hoy voy a intentar empezar a exponer qué nos lleva a este desastre, por qué se están disparado las cifras de obesidad infantil.

Como vimos hay muchas razones que pueden llevarme a encontrarme en esa situación. Vamos a dejar de lado las obesidades ligadas a otras enfermedades de base y vamos a centrarnos en obesidades exógenas, es decir, un individuo sano en el que una modificación de hábitos y estilo de vida (con la consiguiente resolución de conflicto emocional si lo hubiera) lograría una corrección de esa obesidad.

Quiero decir que existen metabolismos distintos, y esto es más que real, que hacen que por ejemplo, mi familia esté preparada para sobrevivir a una hecatombe nuclear porque ahorramos y guardamos en el culamen reservitas para un lustro de hambruna y luego existen metabolismos que queman hasta el último alimento. Y esto sí, es real, sí. Pero esto, que dificilmente cambiaremos (es decir, podemos acelerar el metabolismo a base de ejercicio, pero siempre tendremos un tono metabólico más bajo que otro) no va a ser objeto de nuestra revisión.

Volvemos al inicio, ¿Por que cada vez hay mas niños con sobrepeso/obesidad? Se calcula que un 40% de la población infantil presenta sobrepeso (un 55% de los adultos).

1. Dieta insana
2. Vida sedentaria
3. Carencias emocionales

¿Por qué los programas de salud que pretenden combatir esta epidemia han fracasado?

La administración está dedicando dinero y esfuerzo a tratar de combatir estos problemas, pero no no engañemos, es solo un posado para la “#picoftheday”, o dicho de otro modo, la foto que se hacen los mandatarios cuando acuden a la zona de un desastre natural, una falsedad, un atrezzo, una mentira. “Vamos a fingir que nos preocupa este tema tanto como para…”

Y no, aquí fallan, no les preocupa tanto como para tocar lo intocable: el dinero.

Y es que ya sabemos qué decisiones debe tomar el gobierno del país para combatir de verdad esta epidemia.

1. Aumentar los impuestos sobre los productos azucarados hasta un 87%: dulces y chucherías
2. Aumentar impuestos notablemente a refrescos hasta un 42% (incluidos los light y los zero)
3. Hacer un etiquetado correcto de los productos que sea fácilmente entendible para el consumidor y que advierta que los productos basura lo son. Hay que dejar de estafar al consumidor. Tenemos derecho a saber qué consumimos. El etiquetado debe ser claro y entendible para cualquiera.
4. Legislar la publicidad de los productos insanos, especialmente la dirigida a niños.  (Código PAOS). Basta ya de anuncios de comida basura en horario infantil, de kínder sorpresa, de colacao, de galletas…
5. Cuidar los menús escolares: Me han presentado menús en consulta para atorar las coronarias en 5 años. He tenido que redactar informes para que se presenten en los colegios rogando que a mi paciente con sobrepeso le permitiesen comer alternativas más saludables. Nuggets, pizzas, filetes empanados, palitos de merluza, macarrones con queso, lagrimitas de pollo… pero no un día, no, TODOS.
6. Reducir el acceso a comida basura de los niños. Se acabó vender porquerías en el bar del colegio o en máquinas de vending fácilmente accesibles en pasillos de centros lúdicos, colegios, etc.
7. Realizar educación nutricional para familias. Ya hemos repetido que no existe una cultura nutricional y que dificilmente lograremos una infancia sana si no sabemos cómo debemos hacerlo, qué es sano y qué no lo es. Hay que formar a los padres en nutrición básica.
8. Facilitar recreos al aire libre con posibilidad de movimiento. Hay colegios que apenas cuentan con espacios al aire libre. Hay que fomentar el movimiento en los recreos.
9. Ofrecer ayudas para que las familias puedan comprar productos saludables. Esto es utopía nivel máximo, y es que si no somos capaces ni de imponer las tasas a los productos insanos no hablemos ya de financiar la alimentación saludable a las familias… pero que no quieran hacerlo no quiere decir que no sea igualmente necesario. Comer sano es muy caro.
10. Premiar a aquellos que producen alimentos saludables. Facilitemos el acceso de los productos saludables al mercado. Ayudemos a las empresas que producen alimentos sanos de modo sostenible a venderlos, promocionémoslas, demos incentivos, etc.

Otras entradas sobre obesidad: 1 pobre niño gordo,2 cambiar la forma de vida, 3 el niño gordo y el adulto enfermo, 4 ¿Qué podemos hacer los padres?