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Atopia, causas y manifestaciones

La primavera trompetera ya llegó y las pieles se florecen a lo loco. Queda oficialmente inaugurada la temporada de la atopia onfire.

 

Pero ¿Qué es la dermatitis atópica?

Dermatitis significa inflamación de la piel; así que ya podemos deducir que se trata de un proceso inflamatorio que afectará a la piel.

Pero la dermatitis atópica, además, implica que existe una cierta cronicidad, es decir, esa afección no es puntual, si nos que el paciente la padece como parte de su vida. Es el clásico «es de lo mío» de las maris. Uno convive con la atopia.

Es cierto que la atopia va a afectar en mayor o menor medida a un altísimo porcentaje de los pacientes pediátricos, mientras que solo lo hará en un 5-10% de los adultos, luego podemos deducir, que gran parte de esos niños atópicos no se convertirán en adultos atópicos.

Como ya expusimos en el post sobre la piel del bebé, la maduración del niño permitirá una resolución de gran parte de estos cuadros atópicos.

El 90% de los atópicos manifestarán síntomas antes de los 5 años y la mayoría de ellos los tendrán ya a los 4-5 meses de vida. ¡La atopia es una afección muy propia de la infancia! Por ello los pediatra debemos saber reconocerla y tratarla.

¿Por qué ocurre?

Como tantas cosas en medicina la etiología de la dermatitis atópica es una mezcla de diferentes factores:

1. Predisposición genética.

Sabemos que la atopia, como alergia, tienen cierta herencia. Así que si tú eres atópica, alérgica y bronquítica… tienes un canastito de potenciales bienes que dejarle a tus hijos. Sabemos que si uno de los padres es atópico la probabilidad de que Liu hijo lo sea es de un 30%, si ambos papás lo son la probabilidad sube a un 70%.

Respuesta inmune

Al final lo que ocurre en ciertos pacientes es que su sistema inmune la lía parda cuando entra en contacto con determinados alergenos que a ti  y a mí no van a producirnos daño alguno. Como ocurre en toda respuesta «alérgica» el organismo del atópico reacciona de manera exagerada (drama on) y monta una respuesta inmune propia de una batalla de orcos. En esa lucha actuarán distintos agentes como la inmunoglobulina E y varios mediadores inflamatorios. Así, donde un individuo sano levanta a 4 soldados, un atópico levanta un ejército de 1000 y finalmente es esa batalla desmedida lo que acabará produciendo daños.

Filagrina

La piel es una maravillosa armadura, y aunque a menudo la tomemos a chufla y l maltratemos con sol, maquillajes chungos, tatuajes y demás torturas lo cierto es que constituye una barrera importantísima que nos protege de la muerte. La filagrina va a encargarse de cimentar la piel, es un constituyente básico de nuestra armadura.

En individuos atópicos se ha identificado una mutación en el gen de la filgrina que podría hacer que fallasen los cimientos cutáneos y por tanto que la armadura se quedase en una bata de andar por casa.

Esto de la genética en la atopia es complejísimo y al final solo identificaría sujetos susceptibles de padecer atopia, pero siempre deberá existir un factor desencadenante que finalmente provoque esa reacción. No es igual «tener papeletas» que llevarse el premio. Así es fácil entender que existirán factores externos que colaborarán en que se desarrolle o no la atopia.

2. Factores ambientales

Durante la vida intrauteria

Se ha visto una mayor predisposición a la dermatitis atópica en bebés cuyas madres se expusieron a alcohol tabaco o antibióticos durante el embarazo

En el niño
  • Ambientes urbanos; y es que parece que la contaminación ambiental podría tener un papel predisponente
  • Temperaturas bajas (invierno)
  • Sudoración
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Sequedad ambiental
  • Cloro, fibras sintéticas, detergentes, perfumes,  alergenos como pólenes, ácaros del polvo, pelo de animales…
  • Estrés; brotes que coinciden con momentos de ansiedad.
  • Ciertas infecciones previas pueden empeorar la atopia. Estos niños cuando tienen un bocamanopie, una escarlatina o una varicela, por nombrar tres enfermedades exantemáticas frecuentes, suelen manifestar lesiones más intensas y duraderas.
  • La «hipótesis de la higiene» que viene a decir que mantenemos a los niños tan limpísimos, les prohibimos tanto entrar en contacto con el medio que su sistema inmune reaccionará de manera exagerada al entrar en contacto con determinados agentes. Esto, junto a la contaminación, podría explicar por qué la dermatitis atópica es una enfermedad cada vez más prevalente.

La hipótesis es solo una hipótesis y no se tratar de dejar que una manada de lobos salvajes crien a nuestra prole para evitar alergias posteriores. Dejadlos ensuciarse y saltar en los charcos, no por minimizar dermatitis, sino por permitir la vida plena de niño.

Pero todo esto son factores que confluyen y que solo provocarán dermatitis en pacientes predispuestos. Es decir, todos podemos estar expuestos a estos agentes o situaciones y solo los individuos predispuestos manifestarán la atopia.

Factores que parece que «protegen» de la atopia

Ojo, que como todo lo que estamos contando, nos estamos basando en hipótesis difíciles de demostrar al 100% mediante el método científico. No obstante, se observa que existen circunstancias que pueden estar relacionadas con una menor predisposición a la atopia, es decir, que podrían actuar como factores protectores.

  • Lactancia materna
  • Uso de fórmulas hidrolizadas
  • Ambiente rural
  • Contacto con animales (leer más)

Manifestaciones

Las manifestaciones de la atopia son muy variopintas; vamos a analizar alguna de las más frecuentes.

Lactante y niño menor de 2 años

Como podéis leer en el post sobre la piel del lactante, la dermatitis atópica en esta edad suele manifestarse como placas eritematosas (rojas) y secas, a menudo costrosas y exudativas (húmedas) en la zona de las mejillas y el mentón.

 

Pueden aparecer también a nivel de las flexuras de brazos y piernas y también en forma de pequeños eccemas distribuidos en el tronco.

 

Suele cursar en brotes hasta los 2 años edad, momento en que algunos mejorarán y dejarán de ser atópicos y otros se perpetuarán.

Niño mayor (2-12 años)

Puede aparecer por vez primera, ser una continuación de la dermatitis del lactante o reanudarse tras unos meses o años sin síntomas.

Los eccemas son muy secos, menos exudativos que el del bebe y afectan a las flexuras, la zona de cuello/nuca y el dorso de las manos y pies.

La mayoría irá mejorando a lo largo del tiempo hasta desaparecer.

 

Adulto

El porcentaje de pacientes que acabará siendo atópico en la edad adulta está en torno al 10%.

La dermatitis del adulto es muy incómoda. Mucho prurito, zonas muy secas,

Afecta a la cara, siendo muy importante la afectación de los párpados, cuello y zona alta de tórax. Flexuras y manos. Son lesiones muy secas, con piel brillante y tensa.

 

La mayoría se resolverá antes de los 30 años. Un pequeño porcentaje existirá toda la vida.

Son también manifestaciones atópicas

Queilitis: labios y zona perioral muy seca e irritada

Queratosis pilar: esa sensación de granitos en la raíz de los brazos y muslos que manifiestan nuestros pacientes.

Eccema numular: eccemas redondos como en pila de moneda distribuidos por distintas zonas del cuerpo.

Eccemas del conducto auditivo

Eccema dishidrótico: Lesiones que parecen pompitas y salen en los laterales de los dedos. Pican.

Pitiriasis alba: Manchas blancas que aparecen en tronco o cara de los niños. Es frecuente que acudáis a consultar raudas y veloces pensando que son «hongos». Tranquilas, no lo son, solo requieren hidratación.

Complicaciones frecuentes en atópicos

  • Impétigo
  • Molusco contagioso
  • Verrugas vulgares
  • Tiñas

 

Enfermedades que se asocian a la atopia; «El paquete atópico»

Como hemos visto en el origen de la atopia hay implicados distintos mecanismos, entre ellosalgunos inmunes. Es por eso que esa alteración inmune puede predisponer no solo a dermatitis atópica si no también a otros trastornos relacionados con la inmunidad.

  • Alergia
  • Asma
  • Otros trastorno autoinmunes

Seguimos hablando de tratamiento de atopia en el siguiente post.

 

 

 

 

 

 

 

 

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