globo animado

Patología estival: El caso del abogado

La imagen extraída de una recopilación de dibujos hechos por niños entre 10-12 años hijos de padres divorciados y con conflictos activos.

Soy consciente de que la mayor parte de los niños cuyos padres están divorciados son felices y están bien, y los padres velan porque así sea. No obstante, existen estos casos minoritarios que por lo poco frecuente y doloroso que nos resultan no podemos olvidar…

Os cuento esta historia para no dormir.

Era yo residente de pediatría y a eso de las 23h de un sábado de verano entra en la consulta de urgencias un padre visiblemente nervioso, casi diría violento, hablando a voz en grito por su móvil y se sienta, sin mediar palabra (conmigo, porque por el teléfono seguía hablando) mientras a su lado un niño de unos 4-5 años, callado y con cara de sueño me mira con ojitos tristones. Cuando por fin el señor termina de hablar después de haber repetido varias veces algunas palabras prohibidas al teléfono (“mami eso es una palabrota», que diría mi hijo) por fin se dirige a mí. Está agitado, habla a gritos y haciendo aspavientos. Me explica que está allí porque acaba de recoger a su hijo después de que este ha estado con la madre y que estaba hablando (gritando) con su abogado porque el niño tiene lesiones de quemaduras de cigarro y que quiere que yo le haga un parte de lesiones.

Sigo mirando al niño, triste y callado. Lo examino y encuentro un par de lesiones en las piernas parecidas a estas:

Extraídas de FIRSTDERM

 

 

Estaba más que claro que aquello no eran quemaduras de cigarro, bastaba un vistazo para saberlo, pero ahora debía yo contárselo a aquel señor que de nuevo estaba al teléfono hecho un energúmeno, otra vez con palabras terribles y gritos delante mía, y lo peor, delante de su hijo.

¿Qué le pasa al niño?

  • Pues al niño le pasan muchas cosas, y desde luego el motivo por el que consulta probablemente sea la cosa menos importante que le ocurre.
  • Al niño le pasa que está visiblemente triste.
  • Le pasa que parece que está siendo un instrumento para castigar/torturar al otro progenitor. 
  • Le pasa que está asustado y perdido escuchando a su padre gritar al teléfono, soltando improperios e insultando a su madre.
  • Y además, sí, además, aunque ya digo que no es lo importante, presenta una patología frecuente en esta época del año y que se trata de una infección de la piel. Hablemos del impétigo.

Impétigo

  • El impétigo es una infección de la piel que ocurre habitualmente cuando a través de una puerta de entrada (herida, picadura, arañazo…) penetran algunas bacterias de la superficie cutánea (estafilococo y estreptococo) y colonizan la zona. Es decir, ellas ya vivían ahí, en la superficie de la piel, donde no nos dañan, pero, al haber una pérdida de la solución de continuidad (perdemos el escudo) penetran y nos producen patología
  • Va a afectar a zonas descubiertas (más habitual extremidades y cara) aunque puede extenderse a otras zonas.

Es más frecuente en verano

  • Hay una mayor exposición de la piel: vamos descubiertos y además hacemos en cafre algo más, y por si eso no fuera suficiente, vienen los mosquitos para asegurarnos algunas lesiones.
  • El calor favorece la proliferación de estos microorganismos.
  • No obstante en invierno solemos ver impétigo asociado a cuadros catarrales ya que con frecuencia aparecen heridas en la zona alrededor de la nariz y desde ahí se extiende a otras localizaciones. Así los impétigos de verano son más en la cara y los de invierno más en las extremidades y la cara.
Impétigo asociado a catarro

¿Qué síntomas tiene?

Pues como veis la lesión más características es una costra amarillenta que tiende a crecer de forma centrífuga (se va haciendo mas y más grandota). Pero no es así como empieza.

  • La primera lesión será una pequeña pápula (bultito) rojo.
  • Posteriormente la pápula se transforma en una vesícula (ampollita) que acaba rompiéndose. En una variante del impétigo, el impétigo ampuloso, se forman grandes ampollas.
  • Finalmente aparece la característica costra amarillenta (melicérica, dicen los libros, color miel) que el señor que vociferaba estaba convencido que eran quemaduras de cigarro.

No suele dar fiebre ya que, como digo, se trata de una infección localizada habitualmente.

¿Se pega?

Muchísimo. De hecho le llamamos “Impétigo contagioso”.

  • El niño será contagioso mientras las lesiones estén húmedas. Deben secarse todas para que deje de ser contagioso.
  • Es por ello que si hay un brote en una guardería o campamento de verano el niño no podrá acudir, y por eso mismo no os recomendamos baños en piscinas mientras la infección este activa.

¿Cómo se trata?

  • Pues habitualmente es fácil que resuelva con tratamiento tópico; para ello vuestro pediatra os indicará el más adecuado.
  • Además conviene no mojar las lesiones durante el tratamiento, para ayudar a que sequen rápido y que no se maceren ni extiendan.
  • Rara vez por su extensión usamos tratamiento orales; y es que a veces, si no se actúa a tiempo se extiende rápidamente y acabará precisando antibiótico sistémico.

Podemos prevenirla

Mucho lavado de manos y de heridas, podemos usar clorhexidina en heridas simples para evitar que se contaminen.

Y aquel pobre niño…

Pues le mostré al padre las lesiones, le expliqué lo frecuente de esta patología, le comenté cómo se producían, le puse un tratamiento tópico… Pero aún así, siguió gritándome y amenazando con abogados que estaban al otro lado del teléfono y exigiendo un parte de lesiones… No recuerdo qué pasó… Creo que llamé a mi adjunto, quien le reiteró el diagnóstico, y al final el hombre salió de allí, aún al teléfono, aún gritando y amenazando con reclamaciones, seguido del niño triste y cabizbajo…

Así que ese día me dolió muchísimo, y aunque han pasado 10 años lo recuerdo y me pregunto qué más podría haber hecho yo. Quisiera volver atrás y oder localizar a ese niño, su centro de salud, preguntar a su pediatra habitual por cómo se encuentra, si acude mucho, si crece bien, si está feliz… Me da miedo pensar en esos padres que ante una lesión así lo primero que piensan es en quemadura de cigarro y abogados…¿En qué ambiente esta creciendo el pobre niño triste? Así que patología banal de verano pero daño profundo de batallas ajenas. Siento dejaros este sabor amargo.

 

Compartir:

2 Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  Acepto la política de privacidad

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Información básica sobre protección de datos

  • Responsable: Marta Garín Montañez
  • Fin del tratamiento: Controlar el spam, gestión de comentarios
  • Legitimación: Tu consentimiento
  • Comunicación de los datos: No se comunicarán los datos a terceros salvo por obligación legal.
  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad, olvido.
  • Contacto: info@dragarinpediatra.com.
  • Información adicional: Más información en nuestra política de privacidad.