
Ya han venido
¡Ya han venido! Y eso que es muy temprano, que apenas estarán puestas las calles, que fuera llueve y hace frío y sin embargo, si tiemblo, será solo por la magia.
La noche de reyes me cuesta dormir, en realidad, me cuesta dormir casi cada noche. Pero en la noche de reyes a pesar de que alrededor todos caen rendidos, yo sigo dando vueltas en la cama. Acabo durmiendo y soñando, encadenando sueños diversos, el mal dormir de la inquietud de estos días.
He escuchado a un niño decir algo… ya se ha vuelto a dormir, tranquila. Será las 6, mejor me quedo en la cama… pero es que no puedo… me levanto.
Y así conquisto este salón lleno de magia, estos minutos míos; recordando la noche reyes en que comimos pizza mientras mi madre estaba de guardia, la mañana de reyes en que nos trajeron un coche de carreras, la que me levanté a media noche y juré años (y juro) que a través de los cristales al ácido de aquel salón pude ver a un rey poner en el suelo mis regalos.
Todas mis mañanas descalza corriendo hasta el salón, con los ojos muy abiertos y la boca apretada conteniendo el aire, como si todo pudiese romperse. Todas esas mañanas desfilando ahora en este silencio imposible en una casa llena de vida.
Los perros duermen a mi lado, uno de los gatos lo hace sobre mi cabeza, el árbol está encendido en su último día y los reyes se han comido el turrón de chocolate, las frambuesas y han bebido algo de leche. Solo falta mirar si los camellos han llenado la entrada de barro, seguramente sí, ha llovido toda la noche.
Corred a refugiaros aquí, en esta noche en la que todo es posible, en esta fe ciega de verdad, sin preguntas. Saltad aquí cuando tengáis miedo, cuando os sintáis solos, cuando no sepáis donde asiros.
Gracias a mi familia por haberme dado una trinchera eterna, una felicidad tan mágica que nada puede destruir. Soy capaz de revisitar esta noche todas las madrugadas en que sienta miedo o pena, todas las madrugadas en las que tema el amanecer.
Y sí, además hay regalos, y muchos (matadme princesas guerreras de la letanía de los 3 regalos por cabeza), que aquí este día todo es distinto a la rigidez de la rutina, y hay dulces y patatas insanas de bolsa, y se desayunan churros, y rosco y hasta pan con aceite… Pero eso es solo algo más de lo que ocurre hoy, hoy que todo es posible, hoy el regalo es la certeza de saber que existe un hogar donde regresar cada noche.
Ojalá todos tengáis la suerte de estar y ser hogar.
¡Felices reyes magos y larga vida a la ilusión!
Información básica sobre protección de datos