Qué viene el lobo

Hola, he venido a estrenaros la semana apelando al sentido común, a la responsabilidad, a la evidencia científica, y al final, si nada de eso sirve, al miedo.

¿Perro o niños?

El viernes tocó veterinario; vacunas para todos (2 perros y 2 gatos), desparasitaciones, el chip de un gato, collares antiparasitarios, pipetas, una cirugía menor a Saco… 360e. Y pagados con mucho gusto (de esto se trata querer a los animales), pero ¡ojo!, no solo con gusto, también por obligación. Y es que a todos los que tenemos compañeros animales la ley nos obliga a mantenerlos dentro de un control sanitario, por la seguridad de los animales propios, la de otros animales e incluso la nuestra y la de otros humanos… Pues bien.; qué sentido tiene que Moco, Saco, Lenteja y Guisante por ley deban estar correctamente inmunizados pero Alejo, Abril, Lucas o yo podamos libremente no vacunarnos y ponernos en riesgo a nosotros, a nuestros hijos y ¡Cuidado! a los tuyos.

Inmunización y COVID

Hablé hace ya muchas semanas de la necesidad de vacunar a los menores de 15 meses sea la situación que sea, es decir, ahora también. Insistí e insisto cuando hablo con todos los que me preguntáis por privado en la importancia de poner esas primeras dosis de inmunización porque los riesgos que se devendrían de no hacerlo serían infinitamente mayores que el riesgo de acudir a centro de salud a vacunarlos. Sin embargo, parece que aún hay padres que no están llevando a sus hijos a vacunar. Aquí os dejo la información para poneros al día si es vuestro caso.

Cuando se interrumpen los servicios de inmunización, incluso durante breves periodos de emergencia, aumenta el riesgo de que se produzcan brotes de enfermedades prevenibles mediante vacunación, como el sarampión y la poliomielitis

Vacunas e inmunidad de grupo

• Os invito a repasaros los post sobre vacunas: 1, 2 y 3. 
• Voy a recordaros el concepto de inmunidad de grupo o de rebaño. Este concepto nos explica como, aunque no nos vacunemos (no hemos podido, imaginad que nuestro hijo es menor de 12 meses y aún no se ha vacunado de sarampión o bien somos profundamente ignorantes, inconscientes y egoístas y hemos decidido no vacunar a nuestros hijos), el hecho de que la mayor parte de la población a nuestro alrededor esté vacunada nos va a proteger de enfermar por ese microorganismo contenido en la vacuna que los demás si se pusieron. ¿Por qué? Pues es evidente que si llega el sarampión e intenta enfermar a una población de un millón de personas en la que solo 1 es susceptible (no vacunada) tiene que tener la “suerte” de llegar hasta esa persona susceptible pasando de individuo en individuo. Así que sí una persona enferma de sarampión entra en contacto conmigo correctamente vacunada, no va a poder infectarme y ahí acabará su viajes, he actuado como cortafuegos de la transmisión de la enfermedad, y con mi vacuna no solo me protejo a mí, protejo a poblaciones susceptibles como los bebés que aún no han recibido esta inmunización o a los pobres hijos de los antivacunas.

La que se nos viene encima: ¡Qué vienen el lobo!

• La OMS alerta del gran riesgo de la no vacunación de nuestros hijos.Ya que este retraso podría suponer una tentando contra nuestra inmunidad de grupo y el resurgimiento de enfermedades prevenibles como la poleo o el sarampión. Algo que no podemos permitirnos.
• Tenemos la suerte de vivir en el trocito de tierra que consideramos desarrollado y con acceso a vacunas, no seamos idiotas, vacunemos. Por desgracia seguirá habiendo niños que no podrán acceder a la vacunación y ello no se derivará de una excentricidad moderna y transgresora de sus ignorantes padres, les habrá tocado el trocito de tierra que nadie quiere.
• Si aún no habéis cumplido con la vacunación del menor de 15 meses hacedlo ya.
• Cuando de nuevo nos permitan vacunar, tenedlo como tarea prioritaria con vuestros hijos.
• El Sistema de salud deberá prever y poner en marcha estrategias intensivas de vacunación para poner a día el calendario vacunal de los niños.

«Mientras el mundo se esfuerza por desarrollar una nueva vacuna contra la COVID‑19 a una velocidad récord, no debemos arriesgarnos a perder la batalla de proteger a todas las personas de todos los lugares frente a las enfermedades prevenibles mediante vacunación. Estas enfermedades volverán a atacar si no vacunamos».

Me queda pendiente dedicar una entrada a los antivacunas… pero es que me da pereza hasta nombrarlos… los antivacunas, los terraplanistas, los creacionistas… ains