Mañana del día D: 5 de enero de 2020

07.00h

Hoy amanezco la primera. Ya estoy nerviosa.

Hoy es el día. Esta noche vienen los reyes.

Los recuerdos

Desde muy pequeña recuerdo ir a la cabalgata con mis padres y mis abuelos paternos. Gracias a ellos nunca he faltado a una cabalgata, NUNCA.

Recuerdo la vez que fui sola con mi padre porque mi hermano estaba enfermo, recuerdo la vez en que mi madre estaba de guardia y después de la cabalgata paramos a comprar pizzas, recuerdo el frío en las sillas de tijera esperando a los reyes, el temblor y el castañeo de dientes nervioso, recuerdo el año que me compraron un globo de un loro de colores, recuerdo haber ido de adolescente con mis amigos sin faltar a la cita a pesar de que ellos (mis pobres amigos) se quejaban de tener que cumplir con aquellos infantiles planes míos, recuerdo haber ido con un novio que me quería poco, con otro que me quería mucho, sola, recuerdo la primera vez que nos reunimos en la consulta y recuerdo especialmente el año en que tuve el honor de ser paje real del rey Gaspar en la cabalgata de mi ciudad, Málaga.

El año en que mi padre conocía bien al Rey Gaspar nos recomendó a mi hermano y a mí para ayudarle en la cabalgata. Yo estaba embarazada de Alejo y nos hicieron unos trajes brillantes de color granate con un sombrero de príncipes de oriente. El año en que fui paje viví la cabalgata desde dentro y pasé medio camino con los ojos húmedos viéndolos a todos, viéndoos a todos ilusionados y nerviosos. Tantos caramelos tiré que los señores de logística del ayuntamiento (con ese cargo solo pueden venir a cortar el rollo) me advirtieron varias veces de que debía bajar el ritmo o nos quedaríamos sin existencias (falso, porque seguí tirando a manos llenas y sobraron kilos y kilos de caramelos).

Ese año el rey Gaspar estuvo pletórico, fue el mejor rey que haya tenido nunca Málaga pisando su suelo. Un rey rotundo, poderoso, tranquilo, brillante. Un rey que me hizo olvidar que yo siempre fui más de Baltasar. Ese año Gaspar fue EL REY.

Plataforma Pro-reyes magos

Estoy nerviosa. Alejo sabe que hoy vendrán los reyes. Escribimos nuestra carta en noviembre y desde entonces hemos hecho infinidad de dibujos de los reyes, canciones de los reyes y charlas sobre los reyes. Los reyes, no sé si se habrán dado cuenta, no tienen marketing ninguno. No hay merchandaising, no hay pelis, no hay cuentos, no hay coronas para la cabalgata, camisetas, sudaderas, ropa interior… amigos creativos por favor, ¿No veis el nicho de mercado? Yo sería la loca que acumularía estos productos como buena groupie de sus majestades de oriente.

Llamamientos y reivindicaciones a parte… Mi credo

Yo sí creo en los reyes, en su magia, en la capacidad que tienen de ilusionarme, en que millones de personas estaremos esta noche esperándolos, en las madrugadas nerviosas de tantos niños, en los labios tirantes de tanto sonreír, en los caramelos rotos alfombrando el suelo, en mis zapatos limpios, en el salón dormido aguardando su llegada, en el agua de los camellos, en esta noche llena de luces, en las panderetas de la pastoral, en el Pocoyó de la cabalgata, en el rosco de reyes compartido, en la sorpresa terrorífica incrustada en la nata, en el brindis con amigos cuando terminen de pasar, en los ojos de mis hijos, en los ojos de todos los niños que esta noche estarán llenos de verdad, como siempre, ellos no mienten nunca.

¿Cómo no vas a creer tú?, ¿No ves como miran ellos?, ¿No ves que no hay certeza mayor que sus ojos?

Feliz noche de Reyes

Esta noche nos reuniremos todos. Mis padres volverán a llevarme a la cabalgata y me sentiré igual que entonces siendo ahora yo madre de 2 niños, teniendo encomendada la tarea de mantener esta magia durante todas sus vidas, y lograr que nadie les robe la ilusión de creer, como yo creo, en esta madrugada.

Feliz tarde de reyes, feliz noche, feliz madrugada. ¡Feliz Ilusión imperecedera!