Todos mis nombres

Yo soy muchas personas, o tal vez un cúmulo de todo lo que he aprendido y desaprendido. De mis miedos, mis ganas, mis fracasos gordos y mis melancolías. A ratos me echo profundamente de menos, y me paseo insomne por la casa, y repaso los errores, coloreo las letras de la historia que me duele, me envuelvo en un perro y me dejo ir como a la deriva pensando en cuánto pierdo o he perdido. Porque soy una intensa y me da por languidecer en las madrugadas y sentirme más pequeña que nunca, y parece que no amaneciera nunca y fuese yo sola contra la noche, como flotando en un limbo donde  ya no tengo nombre, porque no existo. ¿Qué fue de tus ganas de conquistarlo todo? ¿Recuerdas cuando leías al borde de las rocas? ¿Cuando escribías versos libres en los márgenes de los libros? ¿Cuando bailabas en las aceras de vuelta casa y casi te salían alas y eras capaz de sobrevolar una ciudad que dormía riéndote a carcajadas? Entonces me llamaba Marta.

Un día sentí que nunca más estaría sola y me crecieron dentro todos los abriles y me llamaron madre. Y aunque a veces me pierda se que estoy llena de raíces, que de mí brotan flores amarillas. Se que soy hogar sobre todas las tormentas, que se abrazar hasta estallar todas las tristezas, que soy feliz en una forma distinta y que, aunque pierda a menudo, lo tengo todo.

Y volverán a crecerme alas nuevas, y cambiará todo, y recuperaré mi nombre en neones azules, pero antes, déjame detenerme a disfrutaros, porque nunca más seréis tan pequeños, porque nunca más será esta noche en que estoy cansada, y grito, y me siento fea, y derruida y sin embargo, me tumbo a vuestro lado y me sujetas la cara (Tú, mi niño), y me acaricias el pelo (tú, mi niña) y vuelvo a llenarme de jacarandas y jaras blancas y a sentir que todo en mi es posible.

Si me lees hoy con cierta melancolía por todas las aceras de madrugada en las que ya no estás, tranquila, volveremos a conquistarlas. Sigues estando completa, pero distinta, si tienes miedo, si te has perdido, abrázalos un segundo y notarás crecer las raíces. Gracias a mis hijos por curarme las madrugadas.

De todos mis nombres, mi favorito, es sin duda mami.