Si disfrutas pierdes
Hemos estado hablando mucho sobre Sharenting estos días, y nos toca entonar el mea culpa, pero no nos pilla de nuevas, la culpa es inherente al ser humano y se hace aún más presente en la maternidad/paternidad. Somos culposos por naturaleza, así que no tendremos problemas en reconocer que aquí, también, nos equivocamos.
¿En qué momento hemos decidido que en lugar de disfrutar de algo debemos documentarlo?
¡Graba eso! te dices, como hacía Manuela Velasco en Rec al pobre cámara, grábalo como documento imprescindible, como prueba de que fuimos felices, como prueba de que nuestro hijo bailó el burrito sabanero genial, como imagen indispensable para sostener esto que construimos. Pero no solo eso, cuando no estemos, también que me graben todos los pequeños pasos. Quiero ver en tiempo real como hace la ficha del número 2, si se come los macarrones con tomate y por supuesto el día que han ido los reyes, pero mejor deme la menos cinco opciones de imagen, enfóquela bien desde todos los ángulos, que no esté borrosa, ya sabe, los niños de cuatro años se mueven muchísimo…
Y en casa, vamos a cenar, pero espera, es una cena especial, después de tanto tiempo, un momento para nosotros, no empieces todavía que tengo que hacer una buena foto, échate un lado, que no quiero que salgas, y mueve un poco el agua, a ver, mejor enciende la lamparita del aparador. Solo un poco más. Solo un minutito. Qué pena, se ha quedado helada, no pasa nada, feliz cumpleaños mi vida. Ahora saco la tarta, estoy dejando que las velas se consuman un poco antes de hacerle la foto, y después vas tú. Tranquilo, que sé que es tu día, después, vas tú.
Y vamos a ver a los reyes, pero mi niño, sonríe, ¿No quieres sonreír? tienes que sonreír, ponte al lado de esa guardia real, no llores, no da miedo, cógele la mano, vamos cógele la mano, y deja de llorar por favor, y cógele la mano., y mejor mira hacia aquí, ¿puedes sonreír? ¿Y dónde están los abuelos? que ellos también salgan, claro, La abuela quiere cogerte, y la prima Cecilia se sienta contigo. Espere un segundo señora, ya casi acabamos, ¿puede usted levantar un poco la lanza? Pero no llores hijo, si es de mentira, dígale usted que es de mentira. Espera mi niño, ya cogerás caramelos después, es solo un minuto más.
Para de saltar un momento, que no puedo hacerle una buena foto al Robe, a ver, voy a subirme a esa silla, a ver si lo consigo, pero quiero justo cuando toque quemando tus recuerdos, en el estribillo, a ver, quiero salir yo delante, cantando, para que flipen todos. ¿Tú has pillado cuando ha dado el discurso de ser poeta o ser basura, no? Ven conmigo para que pueda apoyarme en ti, luego bailamos.
Mira tu hijo en la fiesta del agua del cole, no entiendo por qué el apenas sale, ya le he dicho así seño que casi nunca puedo verlo en las fotos, ni el video de la granja escuela, ni la excursión al Selwo, y que el video de la graduación era desde demasiado lejos, apenas le puedo ver la cara.
¿Qué nos ha pasado?
¿Cuándo fue la última vez que saltaste en un concierto, que saltaste con los ojos cerrados, descalza, cantando a voz en grito?¿Cuándo fue la última vez en que de verdad estuviste en un concierto?
¿Cuándo te tomaste un minuto, para respirar hondo justo antes de engullir el primer bocado de una cena deliciosa, en una mesa desordenada, solos por fin y despeinados, sin testigos ni pruebas?
¿Cuándo has mirado a tu hijo a la cara mientras actuaba en esa fiesta, y le has saludado con las dos manos y le has mandado un beso y no has pensado ni por un segundo en esconderte detrás de la pantalla? ¡Mami, te he visto saludarte, y me has mandado un beso y se que te ha gustado mucho!
¿En qué momento, digo, hemos entendido que disfrutar era un error, que si no quedan pruebas no se ha vivido?
Vivir de otra manera, vivir completa
Nosotros tenemos que empezar a vivir de otra manera, nosotros tenemos que volver a vivirlo todo en directo, imperfecto, completo, magnífico.
Al cole van a aprender, a crecer como personas, a establecer vínculos afectivos… no necesitas que documenten cada paso, no quieres que su profe tenga que estar preocupada por hacer mil fotos y videos, no quieres, tampoco que esas imágenes se compartan y se recompartan y se vuelvan. compartir.
Los momentos de disfrute son suyos, de ellos, de nuestros hijos. No están obligados a sonreír, a posar, a esperar que hagas dieciséis fotografías de lo que se supone era un momento feliz, la felicidad es explosiva y no se pospone, no se aplaza. Es ahora.
Pero acuérdate también de ti, cierra los ojos y salta en un concierto, quédate descalza, que se corra el rímel, que no importe si hay una foto movida, que no importe si es que hay alguna foto.
Quita la pantalla y vuelve a mirar el mundo directamente a los ojos.
No necesitamos que nuestra vida sea un reality, ni tú ni yo y desde luego, no nuestros hijos.
¡Vive ahora coño!
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