La nueva normalidad

La nueva normalidad esta por llegar, y no acabo de entender el mundo que vamos a encontrarnos. Yo miro a mi hija que nació en un espacio y un tiempo y va a encontrarse un espacio distinto, unas reglas diferentes, y ya no sé si su vida será distinta a la nuestra, si esa libertad con mayúsculas volverá a existir o bien acabará limitada por todo esto.

Supongo que habrá más personas que como yo, se están preguntando cuándo podremos abrazar libremente, besar libremente, bailar pegados, tocarnos y reírnos a bocas llenas, como antes, como cuando no teníamos miedo a nada.

El mundo nos paró a todos la vida, nos recordó que vivir no solo es estar de cuerpo presente, que la vida es todo un complejo de personas, situaciones y libertades que a nosotros, los afortunados, los que estamos en este lado del mundo, nos convierten en VIVOS, en VIVIENTES. De repente todo eso desaparece y nos quedamos a medias, vida solo a medias. Horarios, comidas, higiene, libertades dentro de una jaula… los brazos rotos, incapaces de llegar a otros. Sobrevivientes, supervivientes.

Ya queda menos, eso seguro, y ojalá no muy tarde recuperemos quienes somos; no animales enjaulados, si no libres y sociales. Poco a poco volver a ver a mis pacientes, poco a poco volver a abrazar a mis padres, poco a poco sentir que soy capaz de todo de nuevo, pero con la humildad estrenada de saberme vulnerable, como todos. Espero que nos quede la enseñanza de esta cura a mordiscos que nos ha impuesto el mundo. Quiero saborear la VIDA con la certeza de que es efímera y con la responsabilidad de saber que es lo único que tenemos.

Pronto, muy pronto acabará esta hambre de otros y brindaremos por todas las jaulas abiertas, y no seremos más reyes de un mundo que no nos pertenece porque hemos sabido que somos nosotros una pertenencia del mundo.

Que tenga usted una feliz vida, que nos permitan abrir los brazos y batir las alas.

Feliz y consciente futuro.