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FUN, FUN, FUN: Alimentación complementaria: Leyes

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Alimentación complementaria

Navidad navidad… Estrenando las vacaciones de los niños invadido mi celebro por los pegotes de rímel que ayer dejé a mi paso cual plañidera profesional, me decido a iniciar un tema que os anuncio que es extensísimo y en constante cambio. Así que…

Como todos estamos pensando en comida, he decido hablaros un poco de alimentación en los niños- ¡¡¡Hala, que pretencioso pretender solucionar el tema de la alimentación en un par de parrafadas!!! y desde luego, no será posible hacerlo, como siempre, lo que intentaré es exponeros primero lo que la ciencia y el arte médico dice sobre el tema, y después, lo que yo opino sobre ciertos aspectos algo mas controvertidos.

Me centraré sobretodo en el orden de introducción de la alimentación complementaria.

Empecemos: ¡Fuera los dogmas!

Primero; qué es la alimentación complementaria.

El último documento consenso de la sociedad española de pediatría data de 2018 y os diré que cada vez que los “expertos” de sientan a hablar introducen novedades. Por eso es difícil creer que en alimentación no ha cambiado nada en 30 años, ¿verdad?. Así que si en los últimos 30 años tenemos nuevas vacunas, nuevos antibióticos, nuevas patologías…¿Tan complicado es creer que la alimentación también cambia? ¿Por qué esa resistencia voraz de abuelas a aceptar que efectivamente por más que hayan criado 10, 12 o 15 niños sanos con las recomendaciones de hace años las cosas ahora son distintas?

No, nada de manzanilla, no, nada de orexígenos (suplementos para abrir el apetito), no, evitemos alimentación distinta  a la teta los primeros 6 meses, no, los cereales industriales no son buena opción, no, las vísceras no son adecuadas para los niños (¡ni para nadie!)… y así hasta el infinito.

Empezaré hablando sobre los escasos puntos que hoy son “ley”, y subrayo hoy porque seguramente todo esto cambiará  algo largo de mi vida profesional, pero eso, lejos de ser malo, es una garantía de calidad, estamos actualizándonos continuamente para tratar de mejorar. La alimentación de los niños es la base del adulto sano, y esto es una preocupación reciente del mundo desarrollado, en postguerra cribamos niños con la esperanza de hacerlos rollizos y ahora nos preocupa el sobrepeso infantil, y las enfermedades que conlleva, tenemos niños diabéticos, niños hipercolesterolémicos… Así que estos días también me detendré a hablar sobre la mala alimentación y la situación en España.

Lo primero es lo primero: ¿Cómo se define la alimentación complementaria?

 

La alimentación complementaria se considera un proceso por el cual se ofrecen alimentos sólidos o líquidos distintos de la leche materna o fórmula adaptada, como complemento y no como sustitución de ésta.

De aquí se desprende que la alimentación complementaria en un inicio NO va a SUSTITUIR a la leche, solo será un añadido, y al leche seguirá siendo la base de la alimentación.

Las pautas varían mucho entre regiones y culturas. No se deben dar “instrucciones” rígidas. No hay alimentos mejores que otros para empezar, aunque se recomienda ofrecer de manera prioritaria alimentos ricos en hierro y zinc.

Leyes

En la alimentación del niño hay pocas leyes absolutas, y como son pocas, debemos conocerlas para respetarlas y para fuera de ellas saber que ninguna de las recomendaciones que demos sobre dieta infantil será más que eso, una recomendación.

Os resumo el documento en 10 leyes que luego podremos desarrollar más profundamente si alguna en particular os interesa.

 

Primera ley:

Lo más mejor del universo es la leche materna porque es mía, para MI hijo, no para otro, especialmente para él y varía a lo largo del día, y varía a lo largo del tiempo y conforme mi hijo crece. De esta manera la lactancia materna se debe mantener si es posible de forma exclusiva hasta los 6 meses de vida. Si bien esto es una situación ideal, es muy frecuente que en la vida ajetreada de mujer-madre-profesional nos encontremos con que es muy complicado mantener la lactancia materna exclusiva (sin leche artificial) durante 6 meses, es por ello que con frecuencia encontramos que puede usarse algún tipo cereal sin gluten o la fruta antes de los 6 meses de vida.

Segunda ley:

NUNCA alimentación complementaria al menor de 4 meses. Es decir, el niño hasta que cumpla 4 meses solo tomará leche, sea esta de madre o artificial. SOLO es SOLO. No nos hará falta agua (puesto que la leche materna lleva agua y puesto que los biberones los preparamos con agua), y muchísimo menos manzanilla (Ya habéis leído sobre la dichosa manzanilla en varios de mis “mitos» a la que se le atribuyen más propiedades que al agua de Lourdes… ains…).

Tercera ley:

NO  retrasar la introducción de la alimentación complementaria más allá de los 7 meses. ¡Ojo! que digo introducción, no que tu hijo se coma tres platos de comida al día, si nos que la pruebe, que esté presente desde esa edad.

¿Por qué elegimos esa edad? Pues porque a partir de los 6-7 meses los niños suelen estar preparados para comer.  esto es:

  • Pueden mantenerse sentados
  • Desaparece el reflejo de estrusión (Saar la lengua y echarlo todo fuera)
  • Pueden sujetar los alimentos y llevarlos a la boca
  • Presentan interés por la comida

 

Apunte importante:

Una vez que iniciamos alimentación complementaria debemos tomar agua ( y no la milagrosa manzanilla,… AGUA).

Cuarta ley:

El famoso gluten debe introducirse en torno a los 6 meses y en inicio en pequeñas cantidades.

La recomendación actual es introducir el gluten entre los 4 y los 11 meses de edad, idealmente alrededor del sexto mes.

Quinta ley:

Se recomienda evitar durante el primer año de vida las verduras de hoja verde con alto contenido en nitratos, como la acelga, la espinaca o la borraja, por el riesgo de metahemoglobinemia.

En el caso de introducirlas en la alimentación, deben representar menos del 20% del contenido total del plato.

En los niños mayores, hasta los 3 años, conviene no dar más allá de una ración diaria de estos vegetales.

Sexta ley:

Derivados lácteos a partir de 8-9 meses de edad.

Séptima ley:

NUNCA leche de vaca por debajo de los 12 meses.

Octava ley:

No salar ni azucarar las comidas por debajo de los 12 meses (ya os mostraré después las cantidades recomendadas en niños mayores)

Novena ley:

No nos olvidemos de masticar. Fecha límite para alimentos triturados completamente los 9-10 meses.

Es decir, ya no es una opción y al llegar los 9-10 meses hay que empezar a ofrecer alimentos no triturados de forma progresiva si es que no lo hicimos antes.

Décima ley:

NO se debe RETRASAR la introducción de los alimentos potencialmente alergénicos ya que hay estudios que sugieren que su introducción temprana favorecerá una mejor tolerancia. Así que no retrasamos kiwi, melocotón, pescados…

 

Por primera vez se habla del Baby Led Weaning en este documento dándosele la importancia que merece. Pero este será otro capítulo.

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