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¿Dónde están mis unicornios? El drama de la lactancia materna

El drama del inicio de una lactancia que nunca te contaron.

Me llamo Marta y yo también he deseado pasar de la teta

Así, como si de algo malo se tratase, como si estuviésemos confesando una adicción capaz de arruinarnos la vida y hacer infelices a todos los que nos quieren, así inicio el post porque, seamos serias, así es como nos sentimos cuando somos capaces de decir en voz alta que esto no es tan bonito como nos contaron.

La lactancia, que debiera ser un proceso natural y sano, se ha convertido hoy por hoy en una imposición social, tan fuerte y con tanto poder que es capaz de tenernos llorando de dolor, de soledad, de pena o de fracaso los primeros meses de vida de nuestro hijo.
Hay lactancias exitosas casi desde el inicio, lactancias ideales en las que el agarre del bebé es perfecto, la subida de leche las cataratas del niagara, todo huele a rosas y suena una musica angelical mientras el recién nacido te masajes suavemente el pezón… las hay,… pero amigas, son las menos.

Por alguna razón que no entiendo, cuando estamos embarazadas y leemos sobre lactancia, cuando en clases de preparación al parto nos hablan de lactancia, solo nos cuentan lo natural que es, el beneficio que presenta para el bebe y la madre, y lo indispensable, importante, vital, necesario, cuestión de vida o muerte que es lactar. A la que le interesa más le tema profundiza y encuentra ilustraciones de modos de agarre, posturas… miles de accesorios, fotos idílicas de mujeres preciosas lactando en la playa, atardecer de marco… Amigas, mi foto de las primeras veces se parece más a un postfiesta de los 80, con un cardado natural y revuelto, ojeras hasta los talones, posturas imposibles agarrada al cojín de lactancia y oliendo a leche cortada, sudor y sangre. Y es que ya hablaré algún día del puerperio que es más terrorífico que el infierno de Dante.

El caso es que una llega al inicio de la lactancia reclamando la purpurina prometida y encuentra que el agarre no es tan sencillo, que el niño solo succiona en superficie, o que muerde el pezón, o que se queda sopa a los dos segundos. Y el dolor, ese dolor como una lava que nace y muere en la punta del pecho y miras al recién nacido como mirarías a una piraña que pretende besarte. Yo suspiraba, cerraba los ojos, tensaba hasta mi último músculo y lets go. Esto no dura mucho tiempo (algunas semanas) pero tampoco te lo contaron.

¿Y sabéis qué?, hay madres que son tan infelices cuando las veo, que solo las animo a dejar la lactancia.

Así me encuentro a las madres en consulta después de haber experimentado ya la derrota del mito de los unicornios y culposas porque no saben que eso nos pasa a todas, no lo saben, porque no se lo contaron. Piensan, las pobres, que aquello es un fallo propio, que ellas son un animal insuficiente incapaz de criar a su prole, una madre defectuosa (oiga, yo no nací con el complemento de la lactancia feliz).
Siempre las animo, les cuento que luego mejora (y es muy cierto) pero que este inicio es demoledor, que entiendo que sienten que en estos 10-12 días ellas, quienes eran, han desparecido para no volver nunca, y que solo son una masa sucia, dolorida y agotada que se exprime para criar. Y todo esto mejora, lo prometo, pero el inicio es así.

Y sabéis qué, hay madres que son tan infelices cuando las veo, que solo las animo a dejar la lactancia, madres con recién nacidos de varios meses ya, que lloran a diario por mantener un suplicio, que se sienten pequeñas e insuficientes, terriblemente solas, perdidas, con problemas de pareja, deprimidas. A esas (y soy pediatra, pero más que nada soy mujer y entiendo que ellas lo son también) si las apoyo en el salto a la lactancia artificial.

Así que madres del mundo sabed que la lactancia es probablemente lo más difícil que hayáis hecho nunca, que merece la pena intentarlo, porque cuando se logra una lactancia exitosa hay un beneficio más que sabido para el bebe y la madre a nivel de salud; pero, si no lactais ya sea por decisión propia antes del inicio o por abandono de esta mas adelante vuestro hijo os querrá siempre y sobre todas las cosas. Ya puede decir la liga de la leche, la IHAN, la AEPED o cualquier organismo que se cree en posesión de la única verdad sobre el amor de un hijo lo que quiera.

Los unicornios llegarán, pero no con la lactancia materna, llegaron en el primer momento en que miraste a tu hijo, no nos lo perdamos llorando por una lactancia fallida.

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