Dios Salve a Amancio Ortega

*** De lo que estoy más orgullosa son de los preciosos fotomontajes, sin duda…

Ayer notición; “La industria farmacéutica va a dejar de financiar la fomacion continuada de los médicos”.

Esto, para quién no lo entienda, significa que esos congresos científicos nacionales, locales o internacionales a los que asistimos los médicos a lo largo del año se han acabado, al menos hasta que Amancio Ortega no decida, también, financiar nuestra formación continuada.

La formación

En medicina la carrera se estudia 6 en años, te dan un título, luego uno hace unas oposiciones para sacar una plaza MIR y hacer la especialidad (4-5 años) donde ya saben que se trabaja mucho y por poco (lean las noticias sobre la huelga MIR actual) y después vas a la misma calle que todos a buscarte la vida, y ahí, en esa calle, en esa lucha, trabajes en sanidad publica o privada tienes que seguir formándose cada día de tu vida. ¿Cómo acaso creen que su médico de familia de 63 años sabe esa ultima técnica o conoce ese último tratamiento o incluso esa nueva enfermedad?

No DEBEMOS formarnos, TENEMOS que formarnos, es un imperativo.

¿Qué ocurre con la formación?

Pues ocurre que no es gratis. ¿Te extraña? ¿Extraña que organizar un evento con ponencias simultáneas durante 4 días, talleres, almuerzo de trabajo, materiales… para unas 1500 personas no nos lo regalen? A pagar todo quisqui, y además muy bien pagado, ojo. Hemos visto como las inscripciones a congresos han ido incrementando sus precios hasta niveles desorbitados; así cualquier congreso menor tiene una inscripción de unos 700 euros, y es de este coste del que la industria farmacéutica se hacia cargo… hasta hoy. Y oigan, se hacía cargo a veces, que cada vez es más complicado lograr financiación para estos fines. Y después el médico, evidentemente, se paga desplazamientos, comidas y alojamientos. Estamos hablando de todo este esfuerzo personal y económico para FORMACIÓN.

No solo los congresos son la supuesta “prebenda”, también los cursos que uno hace online o presencial a nivel más pequeñito: curso sobre ecografia pediátrica, curso sobre lactancia, actualización en RCP… Estos rondan los 300-500e, hablando siempre de los que yo conozco, y aquí os advertiré que la pediatría es una especialidad pobretica y que como no hace uso de productos millonarios no suele tener gran presupuesto para gasto en formación porque tampoco somos nunca los mimados de la industria.

¿Dónde quiero llegar?

1.  Sí o sí el médico tiene que formarse cada día de su vida. Os gusta que vuestro pediatra de AP sepa qué es el BLW, la crianza respetuosa, que esté al día sobre entrenamiento de sueño, disforia de género, cyberbulling … Pues todo eso no cuesta solo tiempo y esfuerzo, también cuesta dinero.
2.  Los médicos no pueden costearse esta formación: Ya hemos hablado de lo que cobra un facultativo, ¿no? En la pública y en la privada. Un congreso genera un gasto de unos 700 e de matricula (el más barato), más unos 300 de alojamiento y unos 300 de desplazamiento de media (congresos pequeños nacionales); un curso entre 300-500… Ojo, nos pagamos cosas, evidentemente, pago cursos cada año para mantenerme al día, pago alojamiento y desplazamiento de congresos, como os he contado… mi gasto anual en formación a través de estos eventos (no hablo de si compro libros, eso no lo voy a contabilizar) es actualmente de unos 1500-2000 e (míos), las suscripciones a sociedades y revistas científicas asciende a unos 500 e, la pertenencia al colegio profesional 250 e, mi seguro de responsabilidad civil unos 600, mi autónomo (el más bajo de mi categoría profesional) en torno a 4000e… Sí, todo sale de mí, y no pasa nada, es lo que cuesta poder trabajar. ¿Pero cómo podré asistir a un congreso nacional con un gasto aproximado de 1500-2000e en 4 días? Días que además dejo de cobrar porque no trabajo… ¿Lo entienden? Y estamos hablando, insisto, de una especialidad que no trabaja con productos millonarios, que no requiere de formación en técnicas ulranovedosas con materiales carísimos (al menos no en atención primaria); es decir, que si yo fuese, por ejemplo, cirujano cardiovascular o traumatólogo y en ese congreso hubiese cirugías para mostrar y formar en la colocación de una prótesis de coste millonario ¿imaginan cuál sería el precio de ese aprendizaje? Impagable.
3.  Las farmacéuticas: Las farmacéuticas tienen la pasta y los beneficios necesarios. ¿Cuál es le problema entonces? Pues el problema es evidente: como todas las relaciones que se establecen, esta también es un toma y daca. Es decir, si la farmacéutica financia es porque obtiene un beneficio de esta financiación. ¿Cómo lo hace?

Pues aunque nadie te indica qué debes recetar o recomendar hay estudios científicos (todo debe ser científico) que demuestran que si una farmacéutica invierte en tí, en tu formación, estarás más predispuesto a recomendar sus productos. Esta relación se establece aunque sea de forma inconsciente. Se produce de esta forma un sesgo, cierto. Ahora bien, son muchas las casas comerciales que participan de esta guerra y puedo decir que a lo largo de mi vida me han pagado formación Almiron, Nestle, Sanutri, Ordesa, promofarma, Glaxo… e incluso a veces han financiado mi formación casas que ni he llegado a conocer al vehiculizarse esa financiación a través de un tercero (jefe de servicio o gerencia de un hospital).

Sé que en otros países el poder de la industria farmacéutica y sus “sobornos” a médicos es brutal, entiendo, que como nadie está a salvo de corromperse, esto debe ocurrir también en España, pero, amigos, difícilmente con un pobre médico de atención primaria u hospitalaria que no decide salvo sobre sí mismo. Quizás habría que preguntarle a jefes de servicio de grandes hospitales públicos o privados, gerentes o mandamases con opciones sobre grandes masas de dinero, a mí, o a mi compañera Bea pediatra como yo en una consulta de primaria, no.

Así que estamos de acuerdo; la formación no puede ser un chantaje, una recompensa, un soborno. Debería regularse porque además está en juego nuestra credibilidad como profesionales científicos. Yo soy la primera interesada en que entendáis que si os recomiendo o prescribo algo lo hago porque creo que es lo mejor. Y entonces aquí, los que seáis pacientes míos os daréis cuenta que en materia de leches, por ejemplo, que es los que mueve la escasa pasta que hay en pediatría, os suelo decir, que son todas muy similares, y os doy varias opciones. Raro es que yo os cambie una marca de leche (salvo problemas específicos) o que os dé una leche con nombres y apellidos.

Además, debéis conocer que ya hace años que el médico solo receta por principio activo y es en farmacia donde se dispensará la medicación de una u otra casa siempre informando (o debería) al consumidor de las opciones. Por tanto, tampoco aquí se pueden poner nombres y apellidos.

Y es que hay una ley que obliga a que todas estas relaciones farmacéutica-médico sean transparentes, y de hecho lo son, cada vez más, porque como digo es lo que interesa a ambas partes.

¿Qué hacemos entonces si dejan de financiar las farmacéuticas?

1. Fondo común: los grandes hospitales podrían tener una aportación para formación de casas comerciales que se vertiese a un fondo común y desde este fondo se pagasen los cursos y congresos si saber si ha sido Mercedes o Susana, Almirón o Nestle quien ha pagado tu parte, o es más, tu parte es un collague de aportaciones de todos ellos.
2. Asunción de la formación por parte de la empresa pública o privada: Que la empresas públicas o privadas prevean un presupuesto anual para formar a sus trabajadores. ¿Acaso no ocurre eso en cualquier empresa? Mi pareja si tiene que formarse viaja a gastos pagados y en horario laboral remunerado a estas formaciones.
3. Precios de formación acorde a lo que el médico puede pagar: Cuidadito con las matrículas de los cursos, igual hay que empezara  pensar en que 700e de mínimo es inasumible para todos.
4. Que Amancio vuelva con su capa de superman a salvar la medicina. Eso sí, preguntémonos entonces si INDITEX se beneficia de estas donaciones cuando un sanitario consuma sus productos… O si la Amancio´s Family logra beneficios fiscales o un blanqueamiento de imagen con este intercambio de favores…

En resumen

Todo en la vida tiene costes y beneficios, todo, hasta el amor lo tiene. ¿O acaso crees que amas gratis y a cambio de nada?

• Evidentemente las relaciones entre médicos y farmacéuticas también pueden influenciarse y contaminarse por las relaciones personales que estableces con los comerciales de las mismas (es que ese es su trabajo: presentarte evidencia científica, es el trabajo de la casa comercial, caerte bien y parecerte serio es el del comercial).
• Dejarnos sin este apoyo para formarnos es, de entrada, un dramón, es imperativo explorar nuevas opciones para que no se produzca un freno en la formación continuada del médico. ¿Os preguntáis cómo es posible que estemos cada día actualizándonos en protocolos, pruebas complementarias, vacuna y  otras novedades sobre COVID-19, por ejemplo? ¿Alguien se pregunta quién paga el coste de todos los webinars (charlas por vidoeconferencia pero en snobpijilenguish) que se están haciendo desde marzo?
• Los médicos somos los principales interesados en hacer ver que ejercemos la profesión de forma libre, no coaccionados por intereses comerciales (y creo que, en general y a pie de consulta así ocurre).
• Gracias a los delegados comerciales por haberme ayudado hasta hoy a seguir formándome (cada vez es más complicado recibir ayudas para esto) y por estar luchando cada día en un escenario peor.
• No vamos a rendirnos, seguiremos trabajando y compartiendo conocimientos, pero el conocimiento, desgraciadamente, también cuesta dinero dinero que se invierte en estudios y que luego hay que recuperar aunque sea con difusión de ese conocimiento… ¿Lo entienden?

 Así que en la situación actual e histórica de nuestra profesión me temo que todas nuestras esperanzas están en Amancio Ortega.

Vayan proveyéndose de estampitas de esta nueva deidad para la profesión médica. GOD SAVE AMANCIO ORTEGA