Día mundial de la poesía

Que sepáis que hoy, en medio de esta distopía de ciudad vacía, de miedo en los balcones donde se desayuna el fin del mundo, hoy, es el día mundial de la poesía.

A mí la poesía me ha herido y me ha sanado, me ha sacudido y ha levantado todas las ventanas de mi casa, dejándome expuesta y libre, como un animal nuevo y crudo.  A mí la poesía me ha llenado muchas tardes de derrota, más de cien insomnios, mil páginas de un diario adolescente y todos los rincones vacíos de esta cama.

La poesía de adulta la he perdido, se diluye entre el desastre de este salón ocupado, de estos niños míos sucios y felices, de esta agenda repleta de citas ineludibles, todas del todo inútiles. La poesía como una isla, como una cima, como un desván, la poesía como un refugio, el encierro debajo de tu cama, dentro del armario, en el tejado de esa casa de infancia,… Solo vuelvo a buscarla cuando me duele este presente como un nudo enraizado en el diafragma, una cuerda tosca y antigua que desde la boca hasta el vientre estuviese tensándome el alma como a una marioneta vacía . Así que hoy, sacad todos los libros, llenad todas las horas, construid un muro de papel desde el que alzarse por encima de este silencio de hombres enfermos. Contemplad la ciudad vacía llena de pájaros y agua, respirad el aire colmado de futuro. ¿Oís como empieza a romperse la tierra? ¿Oís como avanza imparable la primavera?

Leed como si fuese el ultimo día, leed como si la poesía pudiera salvarnos.

“La vida es para quien se conforma. La poesía para quien sueña y desea” (Elvira Sastre)