globo animado

¿Y qué vas a hacer tú?

La ilustración vuelve a ser de @vireta, portada de un libro precioso que trata el tema de los miedos infantiles de @elenaoses. Aunque hoy lo uso para hablar de mis propios miedos.

Ánimo a todos los papás que hoy habéis llevado a vuestros hijos a la guarde, todo irá bien. Lo estáis haciendo bien.

¿Qué importa a la hora de valorar la vuelta al cole?

Para decidir sobre la vuelta  a las clases presenciales hay que valorar 3 puntos fundamentales:

  1. La situación actual de la pandemia: Número de contagios, contagios nuevos, situación de los servicios sanitarios…
  2. Capacidad del centro educativo de cumplir con las medidas decretadas y que, parece ser, como ya vimos en el post sobre la escolarización en los distintos países, es la cave parar poder mantener el control: grupos burbuja con menos de 15 alumnos idealmente, lavado de manos muy frecuente, distancia de seguridad y mascarillas
  3. Valorar los daños que se derivarían del cierre de los centros educativos: conciliación imposible, desigual acceso a la educación no presencial, aumento de violencia doméstica, aumento del abandono de estudios..

¿Y ahora qué?

Hasta aquí, todo lo escrito en este especial vuelta el cole se basa en artículos científicos fruto de diferentes estudios serios puestos en marcha a nivel nacional e internacional. Hoy no, hoy voy a hablaros de mi opinión personal porque me lo habéis pedido hasta la saciedad.

Después de haber enumerado los 3 puntos fundamentales que deberían considerarse para la reapertura de los centros de enseñanza parece obvio que:

  • La situación de la pandemia ahora mismo no es la que se desearía y parece que el número de contagios crece cada día. No obstante, aquí hay un importante sesgo y es que en pleno pico de contagios en marzo, con los hospitales colapsados, solo teníamos oportunidad de realizar PCRs a los pacientes que precisaban ingreso hospitalarios. Hoy en día se estudia a cualquier casos sospechoso y en caso de ser positivos a todos sus contactos. Incluso se están haciendo prueba a asintomáticos que no relatan contacto de riesgo, pero que deben ingresarse por otra causa en un hospital: cirugías y otras patologías no COVID; y es más, se están haciendo PCRs hasta para volver a los trabajos, volar, o acudir a una reunión importante.

Así que: La situación no es buena pero puede que la situación no sea tan mala si tenemos en cuenta que hoy en día diagnosticamos mucho más.

  • El punto 2 es el gran drama.

La educación, como la sanidad, parte de una situación precaria crónica. Son años de recortes, de falta de personal, de instalaciones insuficientes en muchos centros, de demasiados alumnos por clase, de demasiados interinos con malos contratos… Y ahora, de repente, parece que nos damos cuenta de que la educación es el pilar de una sociedad libre.

A perro flaco todo son pulgas y desde que la Junta de Andalucía primero, y el gobierno central después anunciaron las medidas para minimizar la transmisión en los centros educativos muchas mamás me habéis escrito contándome que en las reuniones de vuestros coles ya os han advertido que es imposible tener bajo ratio de alumnos por clase, que las salidas y entradas no serán escalonadas, que difícilmente habrá lavado de manos 5 veces, y que, en definitiva, de nuevo, el personal hará todo lo posible pero sin los medios adecuados.

Los profes me habéis comentado que muchos no sabíais hasta hoy, que medidas excepcionales habría en vuestro centro, que algunos que presentáis patologías de riesgo (asmáticos graves, embarazos, tapamientos de quimioterapia…) solicitasteis el reconocimiento de este riesgo y que al final os lo han denegado a todos: “Todos a currar, lavaos la manos, fpp2 y distancia”… Me consta que estáis enfadados y profundamente tristes, como lo estoy yo, y como creo que lo están otros compañeros por la gestión que se está haciendo con los niños a todos los niveles.

Así que probablemente no podamos mantener las medidas que se prometen porque es difícil construir sin ladrillos. Solo espero que recordemos que el personal que está trabajando en los centros es  víctima de esta situación y aún así, lejos de escudarse en ello tratarán de dar lo mejor de sí mismos.

Gracias a todos los docentes, mucho ánimo, mi abrazo y mi admiración. Sois la llave del futuro de mis hijos.

 

  • Por último, los niños necesitan reconquistar las aulas. Desde marzo han sufrido pérdidas y despedidas y no hemos sabido, como sociedad, reparar en ellos y sus necesidades, ni siquiera ahora que los protagonistas eran ellos hemos dejado de hablar de lo mal o lo bien que nos viene a los padres el cole, el miedo o no que tenemos por los abuelos, la inseguridad laboral que se deriva de los aislamientos que se produzcan y otros temas evidentemente importantísimos… pero de nuevo, para nosotros.

¿Quién ha hablado con los niños? ¿En qué prime time se les ha entrevistado para que cuenten cómo están viviendo ellos esta situación? Los niños dejaron de interesar cuando pararon de pintar arcoíris.

¿Y qué me asusta mí?

  • Me preocupa la felicidad de mi hijo, me preocupa que parece ser muy listo y yo no tengo herramientas para permitir su desarrollo total en casa, que creo que precisa de esa interacción con sus iguales, que estoy deseando (y a la vez temiendo) que tenga pequeños espacios alejado de mi falda, para que pruebe su independencia, para equivocarse y levantarse sin mí.
  • Me aterra el otoño en mi trabajo. ¿Qué va a pasar con mis pacientes cuando tengan cualquier síntoma catarral, cualquier pico febril? ¿Cuántas veces tendré que hacerles una PCR? ¿Cuántas a cada niño? No quiero trabajar como una prescriptora de pruebas complementarias, no quiero tener que lidiar con la agresividad y el descontento de una sociedad cansada, enfadada: Porque no le haces PCR o porque la haces, porque las esperas para la toma de muestra son muy largas, porque la lectura de la prueba tarda demasiado… La que se nos viene es terrible. No creo que ni el sistema publico ni el privado tenga capacidad de mantener este testeo masivo. No sé que esperan de nosotros, los pediatras.
  • Me pregunto qué solución van a darle a los períodos en que las familias tengamos que aislarnos por contactos con positivos o mientras esperamos el resultado de una PCR de nuestro hijo otra vez con fiebre… Hay que garantizar la persistencia de  los puestos de trabajo y la remuneración de estos períodos. ¿Cómo si no vamos a sobrevivir? De mi caso, autónoma, no hablo, supongo que seguiremos abandonados y anclado en el “Si no trabajas no cobras” y ya está.
  • En último lugar me preocupa la evolución de la pandemia sobretodo porque temo el cierre nuevamente de las escuelas. Espero que, en general, el virus vaya convirtiéndose en un vecino molesto, y poco más. Entiendo que conviviremos con él, acabaremos conociéndolo (al menos nuestro sistema inmune) y tratándolo como merece, y dejaremos de enfermar tan graves, eso espero…

 

Asi, que si es posible (os cuento que a día de hoy no tengo la certeza ni de que esté matriculado), mi niño empieza el cole de mayores y mis miedos son los mismos que antes de esta pandemia. Miedo a que le hagan daño, miedo a que se sienta solo, miedo a no estar a su lado… miedo a que crezca deprisa.

Mis niños, crecéis a pesar del mundo y sobre el mundo. Solo vosotros seréis capaces de construir ciudades sobre los escombros.

Gracias de nuevo a todo el personal que va a cruzarse con mi hijo o con el tuyo, os confío a la vez mi mayor felicidad y mi mayor temor.

**Hemos analizado en este especial vuelta al cole: Las medidas de la Junta de Andalucía, El papel del niño en la pandemia y el documento del ECDC y el estudio Kids Corona, la importancia del colegio y la última gran pregunta ¿Qué vas  hacer tú?

 

 

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