
Soy una suertuda
Hoy he amanecido cantando, he dado saltitos por el pasillo, igual que cuando en 1992 salí de ver Hook pensando que yo también podría volar. Eso habéis conseguido, que me crea capaz de volar, que piense que pueden brotarme las alas en cualquier momento, a mí que siempre fui una descreída.
Ayer estuve acompañada de tanta gente y tan diversa, había tantos niños correteando, tantas mamás, tanta familia, amigos, compañeros… que de repente me di cuenta de la suerte que tengo, de la suerte que es haberme cruzado a gente tan valiosa en la vida.
Solo me sale dar las gracias. A mi padre que me ayudo a empezar este proyecto poniéndome los medios necesarios, a mi madre que siempre confía en que soy capaz de todo, a mi hermano que nunca ha dejado de estar a mi lado. A mi familia, a Lucas que me soporta, que es un sostén, a mis niños maravilla que me hacen querer ser mejor cada día. A toda esa familia que lo es, sea de carne o de besos. A compañeros de profesión que quisieron estar conmigo. A todas las mamás, los papás y los niños que vinisteis. A los que se sé que os tuvisteis que quedar fuera, gracias dobles. A esa mamá que me dijo que le hice vivir el final de embarazo mucho más tranquila, a todos los que me escribisteis privados diciéndome que os ayuda lo que hago. Gracias de corazón. A Celia que me permitió estar comodísima hablando de todas nosotras en un salón lleno de amigos. A la librería Luces que sigue siendo un espacio mágico.
A mis abuelas, a todas las abuelas. A ti mi abuela, que con tu vestido azul andarás haciendo gajitos de luna para hacer una sartená de papas fritas y convidar a la eternidad a un almuerzo infinito.
Gracias a todos por las alas, si algún día consigo volar, seréis responsables de mi vuelo. Y que se os llene la boca de plumas, y que os riais hasta que se os salten las costuras, gracias por este amanecer creyéndome invencible.
¡Qué suerte tengo!
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