Recuerda
Escribir, escribir, escribir… Escribir para salvarme, para redimirme, para asirme, para no olvidar.
Os miro jugar a la orilla de una primavera en diciembre, con los pies descalzos y salados, con la boca abierta estallando con el mismo canto agudo de los pájaros de mar y pienso en la necesidad imperiosa de destilar ese instante y construirme pequeños bastiones de felicidad sujetos en redomas exquisitamente escogidas.
Desde hoy voy a empezar una cruzada contra el olvido.
Yo prometo recordar.
Voy a recordar el ruido de los pies siempre descalzos persiguiéndome como un sino, la risa de malvado y la de loca, la manera en que tú me abrazas cuando anticipas la tormenta y tu hermana me mira como quien aguarda un desastre.
Voy a grabarme la imagen de tu cuerpo desmayado en el colchón, la boca entreabierta, los brazos extendidos como en una rendición.
El modo en que escrupulosamente acomodas a tus muñecos a tu lado.
Los cuentos que invento cada noche, el vaso de agua antes de dormir.
La forma en que abrazas a los perros como si pudieses atravesarles el alma.
Mi niña, de ti estoy atrapando el viento que agitas cuando bailas, como en una fiesta que no cesa.
La promesa de libertad que traes contigo, tu cara siempre sucia, tus ojos de fondo marino en guerra.
Las canciones sin letra, los besos húmedos en la comisura de la boca, los retos y las victorias de una amazona en lucha.
El modo en que persigues a los gatos.
No puedo olvidar el olor blando y caliente de vuestros cuerpos sobre el mío. El peso suave que me salva de una caída.
Recuerda que me has prometido tres cuentos cada noche, tres historias a una madre vieja, un abrazo y un beso.
Recuerda que has prometido volver volando de donde andes para abrazarme antes de que me duerma.
Seguiré siendo hogar estéis donde estéis, esperando siempre vuestro regreso como el cobro de una promesa devota.
No pienso olvidar vuestra niñez cuando todo tiemble.
Voy a escribir para salvarme del olvido.
Información básica sobre protección de datos