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Puerperio qué bonito nombre tienes: Capítulo 1

Definición

Después de dar a luz se inicia un camino de pasión llamado puerperio. Mucho nombre para 40 días de intensidad.

  • Definición

El puerperio por definición, pongámonos científicas y académicas, abarca desde el nacimiento hasta los 40 días postparto, esos famosos 40 días en los que la ciencia dice, tu cuerpo se recuperará del proceso de embarazo y alumbramiento. Ya… Está claro que quien lo definió no pasó por un embarazo y un parto, y mucho menos por un puerperio.

Así, con los órganos apostados en literas, con las hormonas bailando trap y la piel dada de sí, así empezamos este via crucis.

Durante el embarazo nuestro cuerpo y nuestra mente han sufrido cambios extraordinarios. Sabréis porque habréis visto ilustraciones, que todo absolutamente todo ha cambiado para alojar en nuestro útero al bebé. Hablamos de una mudanza de vísceras y emociones. Todos apretujados, como un piso de alquiler en el centro donde 60 metros te parecen un lujazo. Así, con los órganos apostados en literas, con las hormonas bailando trap y la piel dada de sí, así empezamos este via crucis.


¡Ha nacido! y oh my good, es precios@. Lo miramos y se activa un mecanismo mágico de amor incondicional (también la ciencia nos lo muestra con imágenes de resonancia magnética funcional en la que se ven la áreas del cerebro que se activan en cuanto vemos a nuestro bebé). Nos sentimos plenas y felices pero… al mismo tiempo, empieza a generarse un sentimiento nuevo. Este es una mezcla de culpa, miedo, soledad, insuficiencia, angustia, secuestro…


La primera vez que sentí culpa y decepción conmigo fue cuando mi padre me pilló buscando regalos de navidad y me dijo que me había cargado la ilusión de la navidad para siempre… Qué culpa más grande, la NAVIDAD de todos me la había cargado yo solita; y sin embargo, nada comparable a esta culpa. Mi primer miedo estaba relacionado con una pesadilla febril un agosto en que soñé que todos a mi alrededor eran zombies disfrazados con las pieles de gente a la que yo quería. Imagináis que desasosiego! en aquel apartamento mirando a mi abuela sabiendo que bajo la piel era un muerto viviente! Y sin embargo nada parecido a este miedo de saber que algo o alguien puede dañar a tu hijo. La soledad la conocí jugando sola en el patio del colegio, con las manos machadas de arena mientras veía a mi madre marcharse… Aquí la soledad es verte sucia, cansada, triste y ajada y saber que nadie entenderá esa pena entre la enorme dicha de ser madre y tener un maravilloso hijo sano. La insuficiencia se da la mano con la culpa y el miedo a la angustia y así llega la sensación de secuestro, de estar atrapada en una nueva vida para la que no sabes si estás preparada, rectifico, para la que te ves totalmente no apta.

Pero sonríes, tienes que ser feliz, (…) Pues no, no acabo de ser feliz.


Pero sonríes, tienes que ser feliz, cómo no ser feliz… con toda esta gente mirándote, con este pasen y vean a la recién madre feliz, al bebé que estrena vida, a esta casa y esta familia nueva… Pues no, no acabo de ser feliz.

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