Mi pediatra
Yo nunca tuve pediatra porque mi pediatra vivía en casa, porque mi pediatra inventaba canciones para mi, porque mi pediatra me acunaba hasta dormirme, porque él me ayudó a caminar y me sopló las heridas, porque más mal que bien me peinaba para ir al cole los días que mamá no estaba.
Yo no tuve pediatra, porque mi pediatra tenía un cargo mucho más importante, porque mi pediatra era mi papá. Y aunque no tuve pediatra si he conocido muy de cerca a un gran pediatra y puedo reconocerme enamorada de esta profesión desde siempre.
Me inicio en este mundo de la mano de mi padre y de mi hijo, él si tiene la gran suerte de tener un magnífico pediatra (aunque seguiremos llamándole abuelo).
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Hola Marta, encantada de saludarte. He visto tus palabras y me han emocionado.
Quiero decirte que tu padre ha sido el pediatra de mi dos hijos Alejandro y Marta, ya tienen 16 y 14 años, y no puede seguir con ellos. Pero ha sido un excelente profesional, parte de nuestra familia, aunque gracias a dios y a sus consejos no hemos necesitado mucho de sus cuidados, mas que lo necesario.
Quiero que le traslades nuestro agradecimiento, que lo sabe y seguro que nos recuerda. No puedo tener más que palabras de agradecimiento, de reconocimiento de su buen hacer, transmitiendo mucha seguridad, sabiduría y serenidad; sobre todo por lo atento que ha estado con Marta, que al final le ha dado la lata, no está recuperada, aún pero en cuanto lo esté se lo haré saber.
Decirte que de lo más orgullosa que siempre he dicho de mi curriculum de vida es que mi pediatra el Dr. Garín me tildaba de serena y equilibrada, ni títulos ni másters, porque la vida y el cuidado de los hijos es lo más bonito y más importante.
Qué bonito que sigas la estela que tu padre te ha mostrado y a ti y sobre todo a tu padre, un grandísimo abrazo de mi parte.