Fracasos

Recientemente me han nombrado mejor de mi especialidad en España, lo ha hecho la plataforma Doctoralia y se lo agradezco mucho, y sobretodo ha sido posible gracias a mis pacientes y las valoraciones que ellos han dejado sobre mi.

Pero.

Pero hoy vengo a contar que fracaso un poco cada día, y que si no quisiera pecar de exagerada, diría al menos que cada tres días, porque a mi se da bien equivocarme ya sea en cosas más pequeñas u otras que de entrada me parecen enormes. Lo que quiero decir, en suma, es que a veces pareciera que solo se muestran los aciertos y yo, que he tenido una semana de equivocarme mucho, vengo a reivindicar que nos miremos y nos digamos, joder cómo la he cagado, ojalá hubiese hecho esto de otro modo.

Estoy pensando en esa paciente que me ha quitado el sueño, que he repasado una y mil veces y que debí manejar de otro modo, estoy pensando en alguna frase hiriente que he dicho como quien lanza una lluvia de dagas azules, estoy pensando en ese accidente que no debió ocurrir,  en todos los llantos que he acumulado y que me he tragado con la sal escociéndome el paladar, como si estuviese sola, como si la certeza de que soy un desastre no debiese compartirse.

Pues bien, muy a menudo, soy un desastre. Muy a menudo me decepciono. Muy a menudo no soy suficiente, ni feliz, ni valiente, ni buena madre, ni buena compañera de vida, ni buena para mi, ni si quiera eso.

A veces, ya os digo, voy uniendo pequeñas decepciones a otras más grandes y me tejo una capa de retales de dolores. Mil dolores pequeños. Y me meto debajo, y todos creeréis a ratos que sigo siendo invencible, y solo yo sé que tengo miedo, que no me gusto, que tiemblo sola.

Esta semana me toca ir retirando los hilos con los que he unido todos los daños para poder volver a asomarme al mundo, para empezar a celebrar los logros pequeños, pero ojo, que estoy viva, que duelo, que mancho, que lloro, que fracaso, que me siento sola, que me sé perdida, y que los domingos se me atraganta la desilusión y me acuesto masticando todos mis errores. Tremendamente imperfecta y en construcción.