globo animado

Feliz navidad seño

Enésima función navideña, juraíto, me he tragado tres por niño aproximadamente, y solo tengo dos. A pesar de que voy bien de espíritu navideño confieso que a ratos me invade el Grinch y se me retuercen las patas verdes buscando los leggins dorados, o blancos, moviendo pacientes para poder asistir a uno de los eventos o escuchando por enésima vez una versión creepy de noche de paz.

Y me gusta reírme de la gracia desgraciada de ser la mamá que no se entera de nada, la que se queja de tener que comprar unos tacones blancos teniendo negros, la que cruza los dedos para que no le toque tener que hacer un disfraz de cascanueces con un video tutorial de Youtube en la que una mujer sonríe muchísimo desde México DF y jura que en sencillísimo hacer unas hombreras doradas con solo un cordón amarillo, cinta de doble cara y un cuerno de unicornio.

Función número dos, van desfilando clases de infantil con disfraces perfectamente ejecutados (maemia los cascanueces eran por lo menos veinte, quesuerte quesuerte quesuerte), todos mega excitados, saltan y canturrean y se tiran de los leotardos, y se le tuerce la corona a la Virgen María y la estrella llora porque no quiere subirse a la silla. Los padres son groopies peligrosas y ocupan los pasillos, se encaraman a los asientos y levantan decenas de pantallas haciendo zoom a su hijo. Yo miro a las seños.

Frente al escenario la seño Carmen sube y baja una chistera a ritmo, se da una vuelta, salta, lanza un bastón al aire. Mientras baja el primer grupo, suelta la chistera y toma una cinta roja y ahora la mueve arriba y abajo, y palmas, y agitamos las manos a los lados, y todo esto puede hacerse seguramente la vez número cincuenta sintiendo que es la primera, o la única, orgullosas, como si todos fueran suyos, como yo, que me emociono no porque baile la mía, sino porque bailan todos, porque sin duda tener a cien niños de 4-5 años bailando es el primer milagro de la navidad.

Y aplaudimos, aplauden todos, y a la seño Carmen no le asusta tener que bailar All I Want for Christmas Is You con Martín Pacheco en brazos mientras llora porque se le caído una cinta de la pandereta. Y en backstage llora Luisa García porque tiene mucha hambre y a Juan José le picaban los leotardos y se los ha quitado, y show must go on, y así sucede. Y acaba todo, porque todo acaba, y yo estoy llorando, porque en el fondo, soy cannnne de navidá y sobretodo porque siento que a cada seño habría que ponerle un piso, manquefuese a las afueras, como dice De la Torre, y tengo ganas de abrazarlas y gritarles¡gracias, gracias, gracias! Pero me freno, porque pareceré una loca, la madre esa que nunca aparece por el cole y que ahora va besando a desconocidas.

Así que desde aquí, gracias, que sepáis que yo os estoy mirando, que soy la enajenada que llora y contiene las ganas de abrazaros, y adiospongoportestigo, a lo Escarlata O´Hara, que si pudiera (ay, si pudiera) yo os libraba al menos del puñetero Burrito sabanero, que eso te anida en el cerebro y te va devorando de a poquitos.

¡Feliz navidad a todos, y más aún a ti, que también te llamas seño!

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