globo animado

De todos mis errores

Hola soy Marta y me equivoco con frecuencia.

Igual no es manera de empezar nada, porque seguramente me estaré equivocando también al exponer mis errores, pero es que soy tremendamente imperfecta y a ratos me siento hasta incapaz. No solo hablamos de lo personal, no, también de lo profesional.

Trabajar con gente y aún más importante, con los hijos de la gente, me pone en una posición de extrema responsabilidad. De verdad, lo siento, siento ese peso enorme. Y una tiene un miedo profundo a equivocarse no ya en algo puramente médico/técnico, sino en el modo de comunicar, en la forma de acercarte a una familia… en mil cosas para las que os juro que no nos forman y que aunque este segura de que todos tratamos de cuidar, a veces, salen fatal.

Yo he hecho daño con mis palabras. Lo he hecho y lo sé. Alguna porque he tenido la suerte de que la persona dañada me lo expusiera en privado (gracias, me asusta pero me ayuda a mejorar y a entender), otras porque lo ha hecho en público (esta ayuda menos, es más un escarnio) y otras que sospecho y otras muchas más seguro que ni sospecho y han sucedido.

Se sufre mucho, que nadie crea que resbala, se sufre, se rumia, se le da vueltas, te asalta un sentimiento de fracaso y de insuficiencia, reflexionas, aprendes y sigues. Pero no es que esto te haga inmune, no, puedes (y lo harás) volver a equivocarte. Por eso, a ratos, cuesta. Por eso, a ratos, el trabajo pesa demasiado, porque importa demasiado, porque duele.

Nada es más importante en mi trabajo que ayudar, que estar cerca, que acompañar, de verdad que no, eso es lo fundamental. Además, debo estar actualizada, estudiar, ser científica, pero lo más importante es partir de ser humana, y cuando sientes que ahí fallas, es complicado seguir. Hay ocasiones en que querría solo hacerme una bolita y pausarlo todo. ¿Te pasa a ti?

 

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2 Comentarios

  1. Me pasa y me ha pasado SIEMPRE. Soy médico, como tu, y siempre he sentido ese peso detrás mía. Algunos lo llaman responsabilidad, otros lo llaman compromiso u obligación o deber. Se llame como se llame, pesa. Pesa mucho. Pero ese «peso» te hace humano, y por tanto te hace responsable. Y eso habla a tu favor: Te sientes responsable de tus hechos y si lo haces conscientes te hacen mejor ;piensas en mejorar aquellas cosas que te ronronean en la cabeza. Esa es la señal que te indica que vas bien, sigue adelante, hay camino. Tu lo describes tan bien que estoy seguro que te va a servir para mejorar tu comportamiento profesional. Sigue así. Sigue así Marta. Y relájate. Nos ha pasado a todos.

    1. Gracias por tu comentario, entiendo que nos pasa a todos, y que eso, al final, es señal de que nos importa mucho lo que hacemos y que entendemos que nuestro trabajo es esencialmente humanista. Pero hay días en que se hace muy complicado. Un abrazo compañero.

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