Analíticas en niños sanos, no gracias.
Ejercer de pediatra no es lo mismo que tener una tienda
Hace tiempo que la medicina parece haberse convertido en un mercado, y la relación médico/paciente, o en nuestro caso médico/padres de paciente en una relación comercial del tipo: yo quiero… yo otorgo. Pero no. La medicina es otra cosa. Es hacer lo que sea mejor para nuestro paciente en base a nuestra formación científica. Y ojo que nos equivocamos también, pero nuestro Leitmotiv es siempre el bienestar de nuestro paciente.
Se repiten situaciones en las que en consultas que son online o telefónicas (no conocemos la paciente, no lo hemos visto jamás, no lo seguiremos) padres piden una analítica para sus hijos: “una completa” dicen cuando preguntas qué es lo que buscan. Pero las determinaciones de laboratorio no son un campero. No se puede pedir una completa. Lo que se solicita depende de lo que estemos sospechando. El problema es cuando no se sospecha nada y además no se conoce al paciente. Ahí lo mejor, lo más científico y lo más humano es no hacer nada y si la familia está preocupada por algo remitirlos a una consulta presencial con su pediatra.
La realidad es que la mayor parte de las veces esta demanda no es por una preocupación sino por el consabido “es que nunca se ha hecho una y quiero saber cómo está”. Pero es más bien al revés: como no está bien, y su exploración, su historia y su seguimiento indica que algo no marcha, entonces la pido.
La analítica es un procedimiento médico y tiene una indicación médica y no se hace de rutina a niños sanos.
“Pero la estoy pidiendo yo que soy su padre” me dijeron una vez que querían una de esas “completas” porque sí. Pues bien. Sigue siendo una decisión médica, no una decisión de padre.
¿Cuándo solicitamos analíticas?
En urgencias
Siempre después de haber historiado y explorado al paciente el pediatra podrá indicar la necesidad de hacer pruebas complementarias, que se llaman así porque complementan a algo que ya se sospecha, es por ello que por sí misma la analítica no tendrá ningún valor y siempre habrá que ponerla en el contexto clínico del paciente.
En urgencias lo que más se solicita en sangre es hemograma, bioquímica básica y proteína C reactiva. A veces se puede indicar también coagulación o hemocultivo, entre otras. +
Ambulatoria
Lo lógico es que en este caso sea TU PEDIATRA HABITUAL quien solicite esta prueba. Lo hará porque, conociendo a tu hijo, su historia, su desarrollo y su exploración, estima oportuno recabar más datos. Nunca lo hará por rutina.
- Puede ocurrir cuando, por ejemplo, se ha estancado en crecimiento o peso, presenta síntomas digestivos llamativos con heces anormales, encuentra en la exploración algo que llama su atención…
- Otra situación es la que se deriva del seguimiento de pacientes ya diagnosticados de alguna patología crónica y que requieren analíticas periódicas, por ejemplo diabéticos o celíacos.
- A veces se solicitan para valorar cómo anda todo cuando el niño está tomando una medicación que puede afectar a distintos sistemas, por ejemplo al hígado en el caso de algunos anticomiciales.
- Existe un grupo de pacientes en los que se solicitará por rutina al llegar a cierta edad para el despistase de enfermedades familiares (por ejemplo la hipercolesterolemia familiar o celiaquía en caso de familiares de primer grado enfermos) o bien en los que se requerirá una prueba genética para descartar que estén también afectos de una patología hereditaria, por ejemplo.
¿Tengo que dejar al niño en ayunas?
Pues no siempre. No olvides preguntarlo antes de irte con tu petición porque a veces el ayuno ne niños pequeños es realmente complicado y sería muy terrible hacerlo sin necesidad.
Son determinaciones habituales que precisan ayuno: glucosa, triglicéridos y colesterol. Lo normal es que se os pida 8-12h sin ingerir nada.
El ayuno no impide beber agua, pero sí leche, zumos, batidos…
Un hemograma, una determinación de alergias, un eje tiroideo o una celiaquía no van a precisar ayuno. Tampoco una muestra de heces u orina.
¿Pero por qué no le pedimos el completo y ya está?
- Primero, porque mi paciente es ese niño que está sano, en el que no sospecho nada y decidir que debe pincharse solo por capricho me llevaría a una mala praxis.
- El pinchazo es doloroso y la situación es estresante. Si no es necesario no haremos al niño pasar por eso.
- La analítica sin sospecha no sirve para nada, puede meternos en un aprieto encontrar resultados que no sabemos ni cómo interpretar puesto que no había una sospecha clínica.
- Es quien solicita la analítica quien debe interpretarla. Solo ese médico sabrá por qué la ha solicitado y el valor que le da al resultado. No es raro que los padres pidan que interpretemos analíticas de pacientes que no conocemos, eso puede llevar a errores importantes.
- Por último pedir analítica a niño que no conozco de nada, que no he visto ni veré en mi vida, sin historiarlo ni explorarlo, sin conocer su evolución, es imprudente. Puede que, incluso, al no conocer la paciente haya algo que sí merecería ser estudiado con pruebas complementarias que yo no solicite al no haber podido ver a ese paciente.
Así que no; no se hacen analíticas porque sí, por si le faltan vitaminas, porque come poco, porque la pido yo que soy su padre o porque nunca se ha hecho una.
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