¡Ah del barco!
El cole de mayores empieza hoy, y y estoy nerviosa. Lo estoy por lo atípico de la situación, porque no me van a dejar acompañarlo hasta dentro de su clase porque no voy a ver, solo unos minutos después, que probablemente se queda sonriendo y tranquilo.
El cole de mayores no sabemos bien qué es, pero Alejo dice que a él no le gusta, que está muy bien casa, y que no necesita conocer niños nuevos. Creo que su miedo está muy lejos de esta pandemia, su miedo es a explorar mundos nuevos, su miedo, aunque no lo sepa, es un miedo a crecer.
Todo va a salir bien.
Yo me lo repito, pensando en mis propios fantasmas. Mi miedo, yo sí lo sé, es que inevitablemente va a crecer. Es que comienza el mundo adulto aunque sea a pequeña escala, y los adultos, a veces, andamos quebrando las alas.
Todo va a salir bien.
Espero que su seño lo conozca pronto, que sepa que es un niño alegre y cariñoso, que le gusta contar historias, como a mí, que a veces es Alejo Pirata y tiene un barco que se llama La Lapa Loca, que otras es Hulk, que Malonso es el villano de sus cuentos, que conoce a un mono llamado Federico, que con nosotros vive Rojo el dragón, que Pepe el dinosaurio duerme siempre en su cama, que sus aventuras transcurren entre el barro y el agua, que le encanta saltar en los charcos, que su canción favorita es Bonito, que en casa siempre anda sucio y despeinado, que ha sabido crecer libre y con poco lastre hasta hoy.
Todo va a salir bien.
Que no le arañen mis miedos, que no le arañen, por favor, los miedos de los demás. Ojalá su seño y sus compañeros sepan también contar y vivir historias, y puedan construir en su burbuja un espacio seguro y libre lleno de mares nuevos. Una clase de piratas sin miedo, un barco valiente de niños sucios y despeinados conquistando islas desiertas, convirtiendo la arena en futuro.
Todo va a salir bien.
Ánimo a toda la tripulación, no temáis en exceso a las tormentas, pasará, como pasaron otras, y seguirán con ganas de aventura. Mi niño, llegarás a casa lleno de mar contando historias nuevas, historias en las que yo no estuve, y sentiré a la vez la caída y el vuelo de saber que creces a pesar de mí y conmigo.
Todo va a salir bien.
Papás del mundo, empieza la travesía, leven anclas y ojalá sea una aventura perfecta. Seguiremos en casa, esperando el regreso de una tripulación cansada y feliz, cubierta de sal y de arena, colmados de viento y futuro.
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